Lista Robison. Debería venir de serie
A diario, recibimos un verdadero bombardeo de publicidad y mensajes comerciales indeseados, que saturan tus dispositivos, ocasionando un daño, muchas veces irreparable, porque quizá una vez visitaste una página en internet, o tuviste un contrato con aquella compañía.
Me refiero a ese envío indiscriminado de publicidad, bien en sms, email, banners, etc. o a esas llamadas de teléfono, mayoritariamente a horas de descanso, que desde esas compañías sin escrúpulos te acosan. Estas empresas, no reparan en el daño que ocasionan a las personas destinatarias de su publicidad, bien por la molestia diaria de tener que ser grosero con la teleoperadora que te llama a la hora de comer para venderte un seguro que no te hace falta, bien porque provocan que cada vez haya más estafas en la red, o bien porque sencillamente no saben a qué público van destinadas, y sin saberlo, o si, generan un efecto inconsciente, que en el caso de personas ludópatas o compradoras compulsivas, pueden llevarlas a su ruina, y la de su familia.
La Lista Robison, es un servicio gratuito de exclusión publicitaria, a disposición de los consumidores, que tiene como objetivo disminuir la publicidad que éstos reciben. Para mí, creo que es un servicio necesario para esta sociedad, en la que prima el dinero frente a la salud. Porque cuidar tu privacidad ante los ataques de intromisión es cuidar tu salud.
Muchas veces nos hemos preguntado cómo es posible que inmediatamente después de estar consultando un país que quieres visitar, un coche que quieres comprar, o cualquier otra búsqueda, recibas en tu mail, webs, incluso llamadas de teléfono, información relacionada con esas búsquedas. ¿Nos espían?. Y no solo eso, sino que ese envío de información, se perpetúa en el tiempo, hasta ser verdadero acoso.
Se está regulando, por ejemplo la publicidad del consumo, juego, apuestas, etc., pero debemos hacer un esfuerzo para evitar que esa publicidad dañina genere secuelas irreversibles, o perjuicios de muy alto coste. Las sanciones para sus infracciones, muchas veces, no cumplen su efecto disuasorio, y la tramitación de los expedientes se convierten en laberintos jurídicos y burocráticos, que desaniman al más pintado.
En definitiva, quería decir que Robison, no está solo en su isla, y que desde aquí, tiene a un Wilson dispuesto a ayudarle y hacerle compañía.